ORINA

La orina (del latín urina) es un líquido acuoso transparente y amarillento, de olor característico, secretado por los riñones y eliminado al exterior por el aparato urinario. La orina puede servir para determinar la presencia de algunas enfermedades. En los laboratorios clínicos se abrevia u o uri. En español, los prefijos de todas las palabras relacionadas con la orina son uri- y uro-.

Después de la producción de orina por los riñones, ésta recorre los uréteres hasta la vejiga urinaria, donde se almacena y después es expulsada al exterior del cuerpo a través de la uretra, mediante la micción.

Las funciones de la orina influyen sobre la homeostasis por las siguientes razones:

  • Eliminación de sustancias tóxicas producidas por el metabolismo celular como la urea;
  • Eliminación de sustancias tóxicas como la ingesta de drogas;
  • Control electrolítico, al regular la excreción sobre todo de sodio y potasio;
  • Control de la presión arterial, a través de la regulación hídrica o de la volemia;
  • Control del equilibrio ácido-base.

Composición de la orina

En los seres humanos, la orina normal suele ser un líquido transparente o amarillento. Se eliminan aproximadamente 1,4 litros de orina al día. La orina normal contiene un 95 % de agua, un 2 % de sales minerales y 3 % de urea y ácido úrico, y aproximadamente 20 g de urea por litro. Cerca de la mitad de los sólidos son urea, el principal producto de degradación del metabolismo de las proteínas. El resto incluye nitrógeno, cloruros, cetosteroides, fósforo, amonio, creatinina y ácido úrico.

  • Composición de la orina en g/100 ml de fluido:
Urea: 2,0
Ácido úrico: 0,05
Sales inorgánicas: 1,50

El análisis de orina y el urocultivo pueden ayudar al diagnóstico de varias enfermedades.

Color de la orina

La orina varía en apariencia, dependiendo principalmente del nivel de la hidratación del cuerpo, así como otros factores. La orina normal es una solución transparente que va desde casi incolora a ámbar, pero generalmente tiene un color amarillo pálido.

Contenidos anormales de la orina

 
Cristales de urato de amonio en la orina: corpúsculos de color café amarillento con espículas largas e irregulares. Se consideran patológicos sólo si aparecen en orina recién emitida.
  • Glucosuria: es la presencia de glucosa en la orina y aparece sobre todo en la diabetes mellitus;
  • Hematuria: es la presencia de sangre en la orina, y deben descartarse, entre otras cosas: infección urinaria, litiasis urinaria, glomerulonefritis, neoplasia (cáncer de vejiga, uréter, riñón, próstata)
  • Bacteriuria: es la presencia de bacterias en la orina;
  • Piuria: es la presencia de Piocitos (Leucocitos Polimorfonucleares Necróticos) formadores de pus en la orina;
  • Proteinuria: es la presencia de proteínas en la orina, como suele observarse en: glomerulonefritis, infección urinaria, intoxicaciones, diabetes y otras.

Usos

La orina, al ser un desecho orgánico, puede ser utilizada como fertilizante orgánico, ya que contiene nutrientes útiles para las plantas, como grandes cantidades de nitrógeno en forma de urea y una pequeña cantidad en forma de ácido úrico. También contiene potasio además de otros nutrientes necesarios en menor cantidad como el magnesio y el calcio todos ellos de asimilación rápida.

La orina por sí sola no es una solución nutriente completa que pueda utilizarse, por ejemplo, en hidroponía, pues carece de fósforo; en caso de ser usada, debe complementarse, por ejemplo, con guano.

La composición de la orina varía según la alimentación. La producida por animales herbívoros suele ser más alcalina, contiene más potasio y menos nitrógeno, y es la más adecuada para usar como fertilizante. La orina humana contiene más sodio, que las plantas no necesitan en grandes cantidades, por lo que podría perjudicarlas. El nitrógeno se encuentra principalmente en forma de urea, que se convierte bastante rápido en amoníaco. Si la concentración de nitrógeno es excesiva, puede perjudicar a las plantas. Los microorganismos del suelo convierten parte del nitrógeno en nitratos y nitritos.

La orina contiene menos bacterias que la saliva o las heces, y es posible almacenarla durante un tiempo para que el aumento de pH, al formar amonio, destruya los agentes patógenos que pueda haber.

Aunque al poco tiempo de ser expulsada la orina huele mucho a amoníaco, al utilizarla como abono en dosis adecuadas se pierde el olor, ya que el metabolismo normal de las plantas y los microorganismos lo deben eliminar.

Ya en la antigüedad era costumbre utilizar la orina para lavarse los dientes. Este tipo de orinoterapia la observaron los romanos, por ejemplo, cuando conquistaron la península ibérica entre los pueblos del norte (cántabros, galaicos, etc.). De hecho, la orina de Lusitania llegó a convertirse en un bien muy preciado en la metrópoli romana, en donde se comercializaba a buen precio, aunque ésta se usaba principalmente para blanquear la ropa.