DESCRIPCIÓN Y FUNCIONES

 

El sistema linfático es la estructura anatómica que transporta la linfa unidireccionalmente hacia el corazón, y forma parte del aparato circulatorio. En el ser humano, está compuesto por los vasos linfáticos: capilares, colectores, troncos y conductos; los órganos linfáticos o linfoides primarios (la médula ósea y el timo) y secundarios (los ganglios linfáticos, el bazo, los tejidos linfáticos tales como la amígdala faríngea o las placas de Peyer y, en general, tejido linfoide asociado a las mucosas) y la linfa.

El sistema linfático está considerado como parte del aparato circulatorio porque está formado por los vasos linfáticos, unos conductos cilíndricos parecidos a los vasos sanguíneos, que transportan un líquido llamado linfa, que proviene de la sangre, tiene una composición muy parecida a la de ésta y regresa a ella. Este sistema constituye por tanto la segunda red de transporte de líquidos corporales.

La linfa es un líquido transparente, de color un tanto blanquecino que recorre los vasos linfáticos y generalmente carece de pigmentos. Se produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por los capilares linfáticos, que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos (arterias) que se vacían en las venas subclavias.

El sistema linfático cumple cuatro funciones básicas:

  • El mantenimiento del equilibrio osmolar en el "tercer espacio".
  • Contribuye de manera principal a formar y activar el sistema inmunitario (las defensas del organismo).
  • Recolecta el quilo a partir del contenido intestinal, un producto que tiene un elevado contenido en grasas.
  • Controla la concentración de proteínas en el intersticio, el volumen del líquido intersticial y su presión.

VER TAMBIÉN: SISTEMA INMUNITARIO.