EL ALCANCE DE LA DEPRESIÓN

FUENTE: "Alimenta tu cerebro"

La próxima vez que estés en un acontecimiento masivo, ya sea en un auditorio o en un estadio, mira a tu alrededor y piensa en lo siguiente: una de cada 10 personas presentes toma algún fármaco psicotrópico para tratar un trastorno del estado de ánimo. Si hay mujeres de entre 40 y 60 años, 1 de cada 4 toma antidepresivos. Así es: hoy en día 1/4 parte de las mujeres de mediana edad toma potentes medicamentos para paliar síntomas que generalmente están relacionados con la depresión clínica:

  • Angustia persistente
  • Malestar general
  • Ansiedad
  • Agitación interna
  • Fatiga
  • Falta de libido
  • Mala memoria
  • Irritabilidad
  • Insomnio
  • Desesperanza
  • Sensación de estar emocionalmente vacía, abrumada, y atrapada.

Según estadísticas recientes, en EEUU el 14% de los hombres blancos toma antidepresivos, en comparación con solo el 4% de la población masculina negra y el 3% de la población de origen mexicano. Curiosamente, el uso de antidepresivos no está determinado por los niveles de ingresos.

La depresión es actualmente la principal causa de discapacidad en todo el mundo, pues afecta a más de 350 millones de personas (según la OMS, para 2020 la depresión sustituirá a las cardiopatías en términos del costo de cuidado de los pacientes). En EEUU las cifras van en aumento. El año 2015, a 30 millones de estadounidenses se les recetaron antidepresivos por un valor total de 12 mil millones de dólares. Esto representa que en EEUU se gasta el equivalente al PIB de más de la mitad de los países del mundo en antidepresivos.

El uso de los ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina) ha aumentado brutalmente en un 400% en las últimas dos décadas. De hecho, en 2005 los antidepresivos se habían convertido en el medicamento más recetado en todo EEUU.

No obstante, estos fármacos no tratan la depresión, ya sea fluoxetina, duloxetina, sertralina, amitriptilina, escitalopran, anfebutamona o cualquier otro antidepresivo comúnmente recetado; tan solo palía los síntomas, y a veces muy poco. Los medicamentos para tratar la depresión se publicitan y prescriben con mucho entusiasmo; basta con ver y oír los comerciales que prolifetan en los medios de comunicación.

Todos los fármacos antidepresivos que existen en el mercado están diseñados para alterar de forma artificial la actividad de los neurotransmisores en el cerebro. No obstante, cuando pensamos que esas mismas sustancias químicas que se hallan en el cerebro también se producen en el intestino y que su disponibilidad a nivel cerebral está determinada en gran medida por la actividad de la flora intestinal, debemos aceptar que el epicentro de todo lo relacionado con el estado de ánimo es el intestino.