CANDIDIASIS

La candidiasis es una infección fúngica (micosis) de cualquiera de las especies Candida (todas ellas levaduras), de las cuales la Candida albicans es la más común. Comunmente conocida como infección por deuteromicetos. La candidiasis también se conoce técnicamente como candidosis, moniliasis y oidiomicosis.

La candidiasis incluye infecciones que van desde las superficiales, tales como la candidiasis oral y vaginitis, hasta las sistémicas y potencialmente mortales, conocidas como candidemias, y generalmente se limita a personas inmunocomprometidas, como pacientes con cáncer, trasplante o SIDA o incluso pacientes de cirugías de emergencia no traumáticas.

Las infecciones superficiales y de membranas mucosas por Candida que causan inflamación y malestar son comunes en la población humana.​ Aunque claramente atribuible a la presencia de patógenos oportunistas del género Candida, la candidiasis describe una serie de diferentes síndromes de enfermedades que usualmente difieren en sus causas y resultados. 

El género Candida y especie Cándida albicans fueron descritos por la botánica Christine Marie Berkhout en su tesis doctoral en la Universidad de Utrecht en 1923. Con los años, la clasificación de los géneros y especies han evolucionado. Nombres obsoletos de este género incluyen Mycotorula y Torulopsis. La especie ha sido también conocida en el pasado como Monilia albicans y Oidium albicans. La clasificación actual es nomen conservandum, lo que significa que el nombre es autorizado para su uso por el Congreso Internacional de Botánica (IBC).

El género Cándida incluye alrededor de 200 especies distintas; sin embargo, sólo unas pocas son conocidas por causar infecciones en seres humanos. C. albicans es la especie patogénica más significativa. Otras especies Candida patogénicas en humanos incluyen C. tropicalis, C. glabrata, C. krusei, C. parapsilosis, C. dubliniensis y C. lusitaniae

Las levaduras de Candida generalmente están presentes en seres humanos sanos, en particular sobre la piel, pero su crecimiento suele verse limitado gracias al sistema inmune, a la competencia de otros microorganismos, como bacterias que ocupan los mismos lugares del organismo, o por la relativa resequedad de la piel, pues la Candida requiere humedad para su crecimiento.​

Se aisló C. albicans de la vagina del 19 por ciento de un grupo de mujeres aparentemente sanas, es decir, mujeres que presentaban pocos síntomas o que no tenían ningún síntoma de infección. El uso externo de detergentes o de duchas o algunas irregularidades internas (hormonales o fisiológicas) pueden provocar trastornos en la flora vaginal habitual, que incluye sobre todo bacilos de ácido láctico como, por ejemplo, Lactobacillus, y generan un crecimiento excesivo de células de Candida y provocan síntomas de infección, como inflamación local.​

  • El embarazo y el uso de anticonceptivos orales se consideran factores de riesgo.​
  • La diabetes mellitus y el uso de antibióticos antibacteriales también están relacionados con una mayor incidencia de infecciones por hongos.​
  • Se ha descubierto que las dietas ricas en carbohidratos simples influyen sobre las tasas de candidiasis oral, y la terapia de reemplazo hormonal y los tratamientos de la infertilidad también pueden ser factores predisponentes. 
  • El uso de trajes de baño húmedos por periodos largos también pueden ser un factor de riesgo.
  • Un sistema inmune debilitado o poco desarrollado o enfermedades metabólicas como la diabetes son factores de predisposición significativos de la candidiasis.
  • Hay enfermedades o situaciones o padecimientos vinculados con la candidiasis: el VIH/SIDA, la mononucleosis infecciosa, los tratamientos del cáncer, los esteroides, el estrés y la deficiencia de nutrientes.
  • Casi el 15 por ciento de las personas que presentan debilidad en el sistema inmune desarrollan una enfermedad sistémica provocada por especies de Cándida.
  • En casos extremos, estas infecciones superficiales de la piel o de las membranas mucosas pueden entrar al torrente sanguíneo y provocar infecciones sistémicas de Cándida.

En la candidiasis del pene, las causas incluyen relaciones sexuales con una persona infectada, una baja inmunidad, antibióticos y diabetes.

Las infecciones en los genitales masculinos por hongos son menos comunes, y la incidencia de las infecciones es tan sólo una fracción de las que se observan en las mujeres; sin embargo, la infección por hongos en el pene a través de contacto directo en las relaciones sexuales con una pareja infectada no es rara.

Las especies de Cándida suelen formar parte de la flora oral e intestinal habitualmente en el cuerpo humano.

El tratamiento con antibióticos puede llegar a eliminar a los competidores naturales de los hongos en busca de recursos, y aumentar la gravedad del padecimiento. En el hemisferio occidental, aproximadamente el 75% de las mujeres muestran estas afecciones en algún momento de su vida.

La mayoría de las infecciones por la candidiasis son tratables y generan mínimas complicaciones tales como enrojecimiento, picazón y malestar, aunque las complicaciones podrían ser graves o fatales si no se tratan en ciertas poblaciones. En personas inmunocompetentes, la candidiasis suele ser una infección muy localizada de la piel o membranas mucosas, incluida la cavidad oral (candidiasis oral), la faringe o el esófago, el aparato digestivo, la vejiga urinaria o los genitales (vagina, pene).

La candidiasis es una causa muy común de la irritación vaginal (vaginitis) y también puede presentarse en los genitales masculinos. En pacientes inmunocomprometidos, las infecciones por Cándida pueden afectar el esófago con el potencial de volverse sistémico, y causar un padecimiento muchísimo más grave, una fungemia llamada candidemia.

La candidiasis oral es muy común en los bebés. No se considera patológica en los bebés a menos que dure más de un par de semanas.

Los niños, sobre todo entre los tres y los nueve años de edad, pueden verse afectados por infecciones crónicas de levadura orales, observadas habitualmente alrededor de la boca como manchas blancas. Sin embargo, no es un padecimiento común.

Los síntomas de la candidiasis pueden variar según el área que este afectada. Infecciones de la vagina o de la vulva pueden causar picazón grave, ardor, dolor, irritación y una descarga blanquecina o blanco grisáceo con consistencia como de requesón, a menudo con una apariencia similar a grumos. Estos síntomas también están presentes en la más común vaginosis bacteriana. En un estudio publicado el 2002 en la Journal of Obstetrics and Gynecology (Revista de Obstetricia y Ginecología), solo una parte de las mujeres que se estaban automedicando para una infección por levaduras en realidad tenían una infección por cándidas, mientras que la mayoría tenía vaginosis bacteriana o una infección de tipo mixto. Los síntomas de una infección en los genitales masculinos incluyen manchas o llagas rojas cerca de la cabeza del pene o en el prepucio, picazón severa o una sensación de ardor. La candidiasis del pene también puede tener una descarga blanca, pero es poco común.

El diagnóstico de una infección por levaduras se realiza ya sea a través de un examen microscópico o urocultivos.

Para la identificación por microscopía óptica, un raspado o frotis de la zona afectada se coloca en un portaobjetos de un microscopio. Luego se le añade a la muestra una sola gota de solución de hidróxido de potasio (KOH) al 10%. El KOH disuelve las células cutáneas pero deja las células Cándida intactas, y permite la visualización de pseudohifas y las células de la levadura en ciernes típico de muchas especies de Cándida.

Para el método de cultivo, un bastoncillo estéril se frota sobre la superficie de la piel infectada. El bastoncillo se pasa luego por un medio de cultivo. El cultivo es incubado a 37°C por varios días, lo que permite el desarrollo de las colonias de levadura o bacterianas. Las características (la morfología y el color, por ejemplo) de las colonias puede permitir el diagnóstico inicial del organismo que está causando los síntomas de la enfermedad.

Un diagnóstico diferencial característico de la cándida con otras lesiones blancas orales es que se elimina al raspado.

El tratamiento de la candidiasis se basa en cuatro pilares:

  • Realización de un diagnóstico precoz y certero de la infección
  • Corrección de los factores facilitadores o de las enfermedades subyacentes
  • Determinación del tipo de infección candidiásica
  • Empleo de nutrientes fungicidas apropiados

En el ámbito naturopático, la candidiasis es comúnmente tratada con antimicóticos; los antimicóticos más usados son:

  • AJO
  • OLIVO
  • TOMILLO
  • ROMERO
  • EXTRACTO DE POMELO
  • ACEITE ESENCIAL DE CLAVO
  • ACEITE ESENCIAL DE CANELA
  • ACEITE ESENCIAL DE ORÉGANO
  • SÍLICE
  • OTROS

Es recomendado utilizar el enjuague bucal de plata coloidal para tratar la candidiasis,​ pero es efectivo como profilaxis. 

Algunos defensores de la medicina alternativa postulan una amplia presencia de candidiasis sistémica (o síndrome de hipersensibilidad por cándida, alergia a la levadura o crecimiento excesivo de Cándida gastrointestinal), un padecimiento médicamente no reconocido.​ La opinión fue ampliamente promovida en un libro publicado por el doctor William Crook que planteaba como hipótesis que una variedad de síntomas comunes tales como la fatiga, el síndrome premenstrual (SPM), la disfunción sexual, el asma, la psoriasis, problemas digestivos y urinarios, la esclerosis múltiple y los dolores musculares podrían ser causados por infecciones subclínicas de Cándida Albicans.​ El Dr. Crook sugiere una variedad de remedios para tratar estos síntomas, lo que incluye modificaciones en la dieta, antimicóticos con receta e irrigación del colon (enemas). Con la excepción de algunos estudios dietéticos en la sección de infección urinaria, la medicina convencional no ha usado la mayoría de estas alternativas, ya que no hay evidencia científica que pruebe la efectividad de estos tratamientos o que la candidiasis sistémica subclínica sea un diagnóstico viable.​