ALIMENTOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS CARGADOS DE HERBICIDAS

FUENTE: "Alimenta tu cerebro"

Permíteme introducir el tema afirmando que aún se necesitan muchas investigaciones sobre las implicaciones potenciales para la salud de los "organismos genéticamente modificados" (OGM), en cuanto a los efectos biológicos directos sobre el cuerpo y al impacto que causan en el microbioma. Por definición, los OGM son plantas o animales que han sido diseñados genéticamente con ADN de otros seres vivos, como bacterias, virus, plantas y animales. Son el tipo de combinaciones genéticas que no pueden ocurrir de forma natural ni mediante injertos tradicionales.

Los principales cultivos de OGM en EEUU son el maíz y la soja (y, por añadidura, todos los productos que contienen estos ingredientes; se estima que los OGM se encuentran hasta en el 80% de los alimentos procesados convencionales). En más de 60 países de todo el mundo, incluidos todos los países de la Unión Europea, Japón y Australia, se aplican restricciones o se prohíbe directamente la producción y venta de OGM. Sin embargo, en EEUU, el gobierno los ha aprobado, pero muchas personas han exigido que se etiquete mejor los alimentos, para evitar consumir lo que algunos llaman "el experimento". Pero lo que resulta sospechoso es que muchos de los estudios que demuestran que los OGM son seguros han sido realizados por las empresas que los elaboran y que obtienen beneficios de ellos.

Como ya sabrás, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los agricultores es la abundancia de maleza en los campos de producción. Para resolverlo, en lugar de eliminarla de forma manual, recurren a una alternativa artificial. Los agricultores estadounidenses rocían "glifosfato" -una sustancia química que mata la maleza- en sus cultivos. En las cosechas también se hace uso de los herbicidas porque las semillas que se utilizan están genéticamente modificadas para resistir sus efectos nocivos.

El uso de semillas modificadas genéticamente ha permitido a los agricultores usar cantidades excesivas de este herbicida. Y este es un fenómeno mundial. Se estima que durante el año 2017 la industria agrícola ha usado la impresionante cifra de 135 millones de toneladas en los cultivos. Pero he aquí el problema: los residuos de glifosfato representan una amenaza para la salud humana. En la industria del trigo en particular, los agricultores saturan los campos con glifosfato días antes de la cosecha para obtener mejores rendimientos.

Esto añade otro matiz al tema de la intolerancia al gluten: podría ser que el aumento de la intolerancia al gluten y la celiaquía se deba en gran medida al uso indiscriminado de glifosfato. Cuando comparas la incidencia de la celiaquía con los niveles de glifosfato usados en los cultivos de trigo en los últimos 25 años, el paralelismo es realmente significativo.

EL GLIFOSTATO:

  • Limita nuestra capacidad para excretar toxinas.
  • Perjudica la función de las vitaminas D, compuesto hormonal importante para la salud cerebral.
  • Disminuye considerablemente las cantidades de hierro, cobalto, molibdeno y cobre en el cuerpo.
  • Afecta la síntesis de triptófano y tirosina (aminoácidos fundamentales para la producción de proteínas y neurotransmisores).

Los autores de un informe de 2013 publicado en el Journal of Interdisciplinary Toxicology, la investigadora del MIT Stephanie Seneff y una colega, insinúan que el glifosfato es el principal causante de intolerancia al gluten debido a los efectos que se sabe que tiene en el microbioma. Concluyen el informe diciendo: "Instamos a los gobiernos de todo el mundo a revisar sus políticas respecto al glifosfato y a crear nuevas leyes que restrinjan su uso".