VITAMINA D

Llamarla vitamina D es muy poco acertado porque en realidad no es una vitamina, sino una hormona esteroidea soluble en grasa. Aunque la mayoría de la gente la asocia solo con la salud ósea y los niveles de calcio -de ahí que suela añadirse a la leche-, tiene efectos mucho más extensos en el cuerpo, sobre todo en el cerebro. Ahora sabemos que en todo el sistema nervioso central hay receptores de vitamina D, y que ayuda a regular las enzimas en el cerebro y en el líquido cefalorraquídeo implicadas en la producción de neurotransmisores, y que estimula el crecimiento de los nervios. Tanto las investigaciones de laboratorios como aquellas realizadas en animales ha indicado que la vitamina D protege a las neuronas del daño causado por los radicales libres y reduce la inflamación.

ALGUNOS HALLAZGOS CLAVE:

Según el libro "Cerebro de pan" del Dr. Perlmutter.

  • Los estudios demuestran que el riesgo de deterioro cognitivo se reduce en un 25% en individuos con niveles más elevados de vitamina D (los individuos con una deficiencia grave en uno de estos estudios demostraron tener un 60% más de probabilidades de padecer un deterioro cognitivo en los seis años en los que se les dio seguimiento).
  • Un estudio realizado durante siete años entre 498 mujeres demostró que en aquellas que tenían una ingesta mayor de vitamina D el riesgo de desarrollar Alzheimer era un 77% menos.
  • Cuando se evaluó el estado mental de 858 adultos entre 1998 y 2006, se encontró un deterioro sustancial de las funciones cerebrales entre individuos con una deficiencia grave de vitamina D.
  • Múltiples estudios vinculan los niveles bajos de vitamina D con el riesgo de desarrollar Parkinson y de recaída en pacientes con esclerosis múltiple. (Además, algunos estudios demuestran que un incremento de 5 ng/mL en los niveles de vitamina D en sangre se correlaciona con una disminución del 16% de recaídas en pacientes con esclerosis múltiple).
  • Se ha demostrado desde hace mucho en la literatura médica que los niveles bajos de vitamina D contribuyen a la depresión y hasta a la fatiga crónica. Se requieren cantidades adecuadas de esta hormona para que las glándulas suprarrenales ayuden a regular una enzima necesaria para la producción de dopamina, de epinefrina y de norepinefrina, hormonas cerebrales fundamentales que influyen en el estado de ánimo, el control del estrés y la energía. Se sabe que algunas personas con depresión de leve a grave han experimentado mejorías radicales solo con ayuda del suplemento de vitamina D.

Corregir la falta de vitamina D puede requerir varios meses de consumo del suplemento, pero hacerlo mejorará de forma significativa toda tu química corporal -desde la salud ósea hasta la mental-, y hasta tu sensibilidad a la insulina.