PARKINSON

PARKINSON

 

James Parkinson nació el 11 de abril de 1755. Fue uno de primeros estudiantes que entraron en el London Hospital Medical College.

El trabajo médico más conocido de Parkinson fue Essay on the shaking palsy (1817). Después de tres largas décadas de experiencia clínica, en este estudio describe la enfermedad que denominó “parálisis agitante”. En el prólogo de su ensayo, Parkinson reconocía que lo que describía eran unas “sugestiones precipitadas” porque había utilizado conjeturas en lugar de una investigación exhaustiva y rigurosa, y admitía, a su vez, que no había realizado exámenes anatómicos rigurosos.

Para él se trata de una enfermedad caracterizada por:

«Movimientos involuntarios de carácter tembloroso, con disminución de la fuerza muscular que afectan a partes que están en reposo y que incluso provocan una tendencia a la inclinación del cuerpo hacia delante y a una forma de caminar a pasos cortos y rápidos. Los sentidos y el intelecto permanecen inalterados».

La descripción inicial es muy completa, pero no menciona dos síntomas fundamentales de la enfermedad, como son la rigidez y los trastornos cognoscitivos.

Hoy en día se sabe que la enfermedad que lleva su nombre "Parkinson", también está muy relacionada con niveles bajos de colesterol.

Un grupo de científicos holandeses publicó en 2006 en American Journal of Epidemiology una investigación que demostraba que "los niveles elevados de colesterol total en suero se asociaron con una disminución significativa de riesgo de desarrollar Parkinson, habiendo evidencia de una relación dosis-efecto". De hecho, una investigación más reciente publicada en 2008 en Movement Disorders demostró que en las personas con niveles bajos de colesterol LDL (denominado "colesterol malo"), el riesgo de padecer Parkinson aumentaba en un 350%.

El papel fundamental de la LDL en el cerebro es capturar el colesterol dador de vida y transportarlo a la neurona, donde desempeña funciones de vital importancia. Por lo que cuando los niveles de colesterol son bajos, el cerebro no puede funcionar bien, por lo que el riesgo de padecer problemas neurológicos es mayor.