LA DIETA CETOGÉNICA Y SUS BENEFICIOS

LOS BENEFICIOS DE UNA DIETA CETOGÉNICA

Mientras que la restricción calórica tiene la capacidad de activar diversas reacciones, las cuales no solo protegen al cerebro sino que también promueven la formación de nuevas redes neuronales, el consumo de ciertas grasas especiales llamadas "cetonas" también activa dichas reacciones. Sin lugar a dudas, la grasa más importante para el consumo de energía en el cerebro es el ácido betahidroxibutírico (beta HBA). La dieta cetogénica se ha usado para tratar la epilepsia desde principios de los años veinte del siglo pasado y en la actualidad está siendo reevaluada como una opción terapéutica muy poderosa para tratar el Parkinson, el Alzheimer, la enfermedad de Lou Gehrig y hasta el autismo. En un estudio de 2005, pacientes con Parkinson mostraron una mejoría notable en los síntomas resistentes a los medicamentos e incluso a la cirugía cerebral después de veintiocho días de llevar una dieta cetogénica.

En particular, se ha demostrado que el consumo de grasas cetogénicas (es decir, triglicéridos de cadena media o MCT) fomenta una mejoría significativa en la función cognitiva entre pacientes con Alzheimer.

El aceite de coco, del cual derivamos los MCT, es una fuente rica de una importante molécula precursora del beta-HBA, y es una herramienta útil para el tratamiento del Alzheimer. También se ha demostrado que llevar una dieta cetogénica disminuye el nivel de amiloide en el cerebro y aumenta el de glutatión (antioxidante natural que protege el cerebro) en el hipocampo. Lo mejor de todo es que estimula la multiplicación de las mitocondrias y, por lo tanto, promueve la eficiencia metabólica.

Aunque por lo regular la ciencia ha considerado que el hígado es la principal fuente de producción de cetonas en el cuerpo humano, ahora se sabe que el cerebro también puede producirlas en ciertas células llamadas "astrocitos". Estos cuerpos de cetona son excelentes neuroprotectores, pues reducen la producción de radicales libres en el cerebro, incremantan la biogénesis mitocondrial y estimulan la producción de antioxidantes vinculados con el cerebro. Además, las cetonas bloquean la reacción apoptótica que de otro modo derivaría en la autodestrucción de las neuronas.