ESTUDIO DEL CORAZÓN DE FRAMINGHAM

ESTUDIO DEL CORAZÍN DE FRAMINGHAM, EEUU.

El famoso Estudio del Corazón de Framingham, ha agregado volúmenes y volúmenes de datos para nuestro entendimiento de ciertos factores de riesgo de diversas enfermedades, entre ellas la demencia.

Dicho estudio comenzó en 1948 con la selección de 5209 hombres y mujeres de entre 30 y 62 años del pueblo de Framingham, Massachussetts, EEUU.

Ninguno de ellos había sufrido hasta entonces un infarto ni una apoplejía, ni había desarrollado síntomas de enfermedad cardiovascular. Desde entonces, el estudio ha agregado múltiples generaciones derivadas del grupo original, lo cual ha permitido a los científicos monitorizar estas poblaciones y reunir claves de condiciones fisiológicas en un contexto de múltiples factores: edad, género, problemas psicosociales, rasgos físicos y patrones genéticos.

A mediados de la primera década del siglo XXI, un grupo de investigadores de la Universidad de Boston examinó la relación entre el colesterol total y las funciones cognitivas, para lo cual se centraron en 789 hombres y 1105 mujeres que formaban parte del grupo original. Ninguno de los individuos tenía demencia al inicio del estudio ni había sufrido una apoplejía; el seguimiento se efectuó durante entre 16 y 18 años. De cada 4 a 6 años se les realizaba análisis cognitivos para evaluar aspectos como la memoria, el aprendizaje, la formación de conceptos, la concentración, la atención, el razonamiento abstracto y las capacidades de organización, cualidades que se ven afectadas en los pacientes con Alzheimer.

Según el informe de la investigación, publicado en 2005, "Hay una relación lineal favorable entre el colesterol total y los valores de elocuencia verbal, atención/concentración, razonamiento abstracto y una puntuación compuesta que mide múltiples ámbitos cognitivos". Asimismo, "los pacientes con colesterol total "deseable" (inferior a 200) tuvieron peor rendimiento que aquellos cuyos niveles de colesterol total estaban en el límite superior (200 a 239) y aquellos con niveles de colesterol total elevados (240 en adelante)". El estudio concluyó que "los bajos niveles naturales de colesterol total se asocian con un rendimiento bajo en mediciones cognitivas, las cuales implican altas exigencias de razonamiento abstracto, atención/concentración, elocuencia verbal y funcionamiento ejecutivo". Dicho de otro modo, la gente con los niveles más altos de colesterol salió mejor evaluada en las pruebas cognitivas que quienes tenían niveles bajos.