NUTRIENTES VITAMÍNICOS EN EL DEPORTE

LAS VITAMINAS DEL DEPORTISTA

La Vitamina A (Retinol), es liposoluble, e interviene en el crecimiento, también desempeña un papel en la visión, sobre todo en la nocturna, así como en el estado de la piel. Además parece capaz de ejercer un efecto protector a ciertos tipos de cáncer. La carencia se traduce en trastornos de la visión nocturna, sensibilidad a la reverberación, sequedad de la piel, intolerancia cutánea al sol o sensibilidad a las infecciones ORL.

La Vitamina B1 (Tiamina), participa directamente en el metabolismo de los glúcidos, de los lípidos y de los aminoácidos. Y facilita la transmisión del influjo nervioso, combatiendo así fenómenos del estrés. Su carencia provoca fatiga, irritabilidad, problemas de memoria, falta de apetito, depresión, debilidad muscular.

La Vitamina B2 (Riboflavina), regula el metabolismo hormonal, estimulando la acción de la insulina. Interviene en la formación de enzimas. Participa en la producción de la energía necesaria para el metabolismo celular. Y es imprescindible en el metabolismo de los principios inmediatos. Su carencia provoca dermatitis seborraica, acné de color rosa, intolerancia a la luz (fotofobia), fragilidad del pelo, perdida del brillo del pelo y lesiones en labios y lengua.

La Vitamina B3 (Niacina), participa en la producción de energía para el metabolismo celular. Regula la tensión, la tasa de colesterol y la transmisión del influjo nervioso, y es esencial en el metabolismo de los principios inmediatos. La carencia se manifiesta en fatiga, insomnio, estado depresivo, lesiones de la piel (lucitis) y de las mucosas).

La Vitamina B5 (Pantoténico), es indispensable para el sistema nervioso central y para el crecimiento. Participa en la regeneración de tejidos y en la cicatrización. Y es beneficioso para las faberas (cabello, piel y uñas). Su carencia se manifiesta en fatiga, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, trastornos de carácter, hipertensión ortostática y caída del peso.

La Vitamina B6 (Piridoxina), es indispensable en la regeneración de los glóbulos rojos. Reguladora del buen funcionamiento del sistema nervioso. E imprescindible en el metabolismo de las proteínas, de los aminiácidos y de los ácidos grasos. Su carencia se manifiesta en fatiga, estado depresivo, irritabilidad, vértigo y dolor de cabeza (debido a los glutamanos).

En combinación con la B1 y B12, puede aumentar los niveles de serotonina y mejorar las habilidades motoras, especialmente importante para deportes de precisión.

La Vitamina B8 (Biotina), participa en numerosas reacciones celulares de síntesis bioquímica, especialmente de los ácidos grasos y de los ácidps nucleicos. Y además es beneficiosa para las faneras (piel, uñas, cabello). Su carencia se manifiesta con fatiga, falta de apetito, piel grasa, caída del pelo, insomnio, depresión y trastornos neurológicos.

La Vitamina B9 (Ácido Fólico), indispensable en la reproducción celular, particularmente en la formación de los ácidos nucleicos. Esta directamente implicado en la formación de hemoglobina, la disminución del cansáncio, la fatiga y la mejora del rendimiento físico. El déficit es responsable de fatiga, trastornos de la memoria, insomnio, estado depresivo, retraso de la cicatrización y problemas neurológicos.

La Vitamina B12 (Cianocobalamina), indispensable en la síntesis de ácidos nucleicos, proteínas y en la multiplicación de glóbulos rojos. E interviene en la regeneración de los tejidos. El déficit aparece después de regímenes vegetalistas y de carencia en cobalto. Sus consecuencias son anemia, falta de apetito, palidez, fatiga, irritabilidad, dolores neuromusculares, trastornos de la memoria y del sueño, y estados depresivos.

La Vitamina C (Ácido Ascórbico), cumple múltiples funciones metabólicas, tanto en los tejidos como en las células. Es un antioxidante que aprisiona los radicales libres. Participa en la formación del colágeno y del tejido conjuntivo, así como en la de anticuerpos. Interviene en la síntesis de la L-Carnitina y en la lucha contra el estrés. Su déficit se manifiesta en fatiga, somnolencia, falta de apetito, dolores musculares, una débil resistencia a las infecciones, un agotamiento rápido ante el esfuerzo.

La Vitamina D (Calceferol), es liposoluble y desempeña un papel en la mineralización del esqueleto y de los dientes y en el metabolismo fosfocálcico. Las consecuencias de esta carencia son: en el niño, el raquitismo; en las personas mayores, una osteomalacia (más que una osteoporosis).