LA APOPTOSIS

FUENTE: "Alimenta tu cerebro"

Hipócrates usó el término "apoptosis" por primera vez y significaba en un inicio "a caída de las hojas".

Pero no fué hasta la publicación en 1972 de un texto de Alastair R. Currier en el British Journal of Cancer que el término se hizo popular en la comunidad científica. Desde entonces, los investigadores lo utilizan para describir el proceso a través del cual las células se eliminan de forma intencional.

Sin apoptosis no tendríamos dedos, por ejemplo, ya que el proceso por medio del cual nuestros dígitos toman forma y se distinguen de las extremidades durante el desarrollo embrionario permitiendo que las manos se formen a partir de lo que en un inicio parece una manopla.

La apoptosis es de gran importancia, ya que permite al cuerpo deshacerse de la multitud de células cancerígenas que aparecen de manera espontánea en nuestro organismo.

Cada día 10 mil millones de células mueren para dar lugar a células nuevas y más saludables, y los radicales libres creados por las mitocondrias durante el proceso de producción de energía desempañan un papel clave en este proceso.

Como ocurre con muchas cosas en la vida, la apoptosis también tiene un lado oscuro. Aunque en muchas circunstancias activar los genes destructores de una célula resulta beneficioso, cuando la función mitocondrial está dañada puede inducir al suicidio celular de células normales y sanas. De hecho, este es el mecanismo fundamental que deriva en la destrucción de neuronas en trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer, la esclerosis múltiple, el Parkinson y la enfermedad de Lou Gehrig.

La apoptosis de las neuronas no solo afecta a estas dolencias, sino que ocurre en nuestro interior a lo largo de la vida y es responsable del deterioro general de la función cerebral propio del envejecimiento.

Hasta hace relativamente poco, los científicos aceptaban el paradigma de que todas las funciones celulares, incluida la apoptosis, eran orquestadas por el núcleo celular. Sin embargo, como señala el bioquímico Nick Lane en su revelador libro Powe, Sex and Suicede: "Hubo un cambio en el énfasis tan grande como para armar una revolución que anulara el paradigma de que el núcleo era el centro de operaciones de la célula y controlaba su destino. Es cierto en muchos casos, pero no en el de la apoptosis. Curiosamente, las células sin núcleo pueden cometer apoptosis. El hallazgo radical en este sentido es que las mitocondrias controlan el destino de la célula y determinan si debe vivir o morir".

Las mitocondrias son entonces mucho más que simples organelos que convierten el combustible en energía, sino que además empuñan la espada de Damocles.

Y no debería sorprendernos que la inflamación pueda dañarlas con mucha facilidad, en particular aquella que surge del caos en la comunidad microbiana del intestino.